Contar con un plan de negocio para una startup es lo más básico cuando se quiere desarrollar un proyecto e impulsarlo. En él vendrán recogidos los objetivos finales que se quieren alcanzar, así como los medios de los que dispone la empresa para conseguirlo.
Gracias a él, será posible medir en cierta medida las posibilidades de éxito o fracaso que tiene la startup. Es crucial desarrollarlo de forma correcta, puesto que, además, será un buen indicativo para ver cómo va evolucionando el proyecto y si se están alcanzando las metas propuestas en un principio.
Puede que algunos puntos puedan cambiar dependiendo de las características propias del proyecto, no obstante, desde Bastida&Farina os queremos contar cuáles son los comunes de todo plan de negocio para una startup.
Desarrollar un plan de negocio para una startup consiste en dejar constancia de cuáles son los objetivos de la empresa, cuál va a ser el organigrama de la startup y las estrategias que va a emplear para desarrollar su proyecto. Además, en los planes de negocio también se incluyen estudios sobre la financiación necesaria para sustentar el proyecto y hacerlo evolucionar. Así mismo, uno de los aspectos principales que debe recoger el documento es la descripción especifica de qué producto o servicio se va a desarrollar y cuál será el público objetivo al que va dirigido.
Una de las grandes ventajas de elaborar el plan de negocio para una startup es que se podrán prever posibles riesgos e ir trabajando para que no se produzcan. Por otro lado, establecer los objetivos hará posible dividirlos en tareas más pequeñas y manejables para la empresa y el equipo. De esta forma, será más sencillo el desarrollo del proyecto en su conjunto y el trabajo estará mucho más estructurado y mejor repartido entre el equipo.
Recuerda que el plan de negocio para una startup no es solo un documento que usaréis a nivel interno, sino que en muchos casos puede ser la carta de presentación de vuestro proyecto ante los inversores o ante socios potenciales. Es por ello que lo ideal al redactarlo es que sea claro y conciso.
Al presentárselo a alguien debe ver plasmado de manera sencilla los objetivos de la empresa, en qué consiste el proyecto, quién es su público objetivo y que os diferencia de la competencia. Respecto a este último punto, es importante que también figuren los valores que tenga la empresa y que, probablemente, sean incluso parte de su branding o imagen de marca.
Al pensar en el plan de negocio para una startup como la carta de presentación que usaréis, también os será más fácil responder determinadas cuestiones que os ayudarán a nivel interno. Por ejemplo, qué aspectos o necesidades de la sociedad cubre el proyecto, cómo se va a poder adquirir o por qué es vuestra solución mejor que la de vuestra competencia directa.
Estudiar el entorno de mercado o nicho que va a ocupar vuestro proyecto es uno de los puntos imprescindibles que debe contener un buen plan de negocio para una startup. Una gran forma de hacerlo será a través del estudio de la competencia.
Es importante que se conozcan datos concretos del público objetivo al que irá dirigido el producto, de cómo se ha comportado con anterioridad ante ese producto o servicio, así como cuáles son los principales riesgos y oportunidades con los que cuenta vuestra empresa.
Estos datos, además, os aportarán mucha información sobre las debilidades de vuestro modelo de negocio, las cuales deberéis reforzar, y sobre qué aspectos son los que están mejor construidos para ese mercado concreto.
Por otro último, el estado del mercado también os permitirá pulir otros detalles del proyecto. A partir de esta información podréis construir el plan estratégico de ventas y de marketing que usaréis para comercializar vuestro producto o servicio. Tras conocer los datos del mercado objetivo de la startup también será el momento de concretar precios.
Así mismo, en este punto tocará definir cuáles serán los canales de venta y distribución, qué plataformas de pago emplearéis (algunas empresas incluso están implementando el uso del bitcoin) y cuáles serán los canales de comunicación. Es decir, este será el momento de desarrollar el plan de ventas completo.
Otro punto importante que se debe tocar específicamente en un plan de negocio para una startup es el tema de la financiación. Este nos indicará cuáles son las posibles previsiones económicas de la empresa y la viabilidad del modelo de negocio. Algunos de los aspectos clave que deberá tratar son el estado de resultados, el balance general y el flujo de caja, haciéndose con un carácter de a tres años vista.
Esta información será especialmente relevante no solo para la propia empresa, sino para los inversores. Es por ello que debe reflejar de forma clara un análisis de escenarios, del punto de equilibrio financiero de la empresa y unas conclusiones que incluyan información de interés para dichos inversores.
Por último, aunque muchos proyectos suelen empezar con un solo emprendedor, lo más probable es que finalmente se sumen socios fundadores y un equipo de trabajo.
Lo ideal en el plan de negocio para una startup es dejar reflejado desde un inicio cuáles serán las funciones, responsabilidades, sueldos y prestaciones con las que contará la gente de la empresa. En muchos casos, estos puntos irán en función del cargo que ostente cada persona.
Si la empresa cuenta con buenas previsiones de crecimiento, puede incluso empezar a contar con un equipo de recursos humanos que se encargue de estos aspectos.
Una vez tenemos el plan de negocio no hay que perder más tiempo y debemos ponernos a desarrollar todo lo que podamos por nuestra cuenta, mientras se intenta captar inversión si se necesita.
Para este proceso os puede ayudar un vídeo corto que grabamos donde recogimos los 3 patrones y predictores de éxito clave que, tras analizar y trabajar con más de 150 startups, vimos que compartían aquellas startups que realmente crecían. Con este vídeo podréis saber en que pilares os tenéis que enfocar para asegurar que siempre estén ahí y cómo conseguirlos. Haz click aquí para ver el vídeo.
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